CONDUCIR CON CALOR: ALTERACIÓN DE LAS CAPACIDADES
Nuestro objetivo con este artículo es divulgar los riesgos de la conducción de vehículos a motor en condiciones de calor y las acciones para prevenirlos, a fin de que el conductor pueda efectuar una conducción más segura y confortable.
Se ha medido, en automóviles sin aire acondicionado o climatizador, que en días soleados la temperatura en el interior de un automóvil en movimiento podría ser entre 5 y 15ºC más que en el exterior. Esta temperatura depende, además de la exterior, de variables como la superficie del automóvil expuesta a la radiación solar, el color exterior y de la tapicería del coche, de la ventilación, si dispone o no de cristales tintados, el número de ocupantes, el calor que estos despidan por el tipo de tejido y el color de sus ropas, etc.
Los conductores deben saber que cuando la temperatura interior del automóvil supera los 24ºC nuestras capacidades para conducir empiezan a estar negativamente afectadas, independientemente del nivel personal de tolerancia al calor. Las personas que habitan zonas donde se alcanzan altas temperaturas, paralizan o ralentizan sus actividades en las horas centrales del día y las reinician en las horas de menor calor. Si sentimos un calor prolongado durante la conducción deberíamos disponer de la capacidad de actuación preventiva.
Síntomas de calor excesivo
Aparición temprana del cansancio.
Aparición temprana de la somnolencia y del sueño.
Disminuye la capacidad de atención, la asimilación de la información y la agudeza visual con alteración de la percepción de las distancias.
Aumento del número y frecuencia de respuestas imprecisas ante estímulos.
Reacciones más lentas y descoordinadas.
Reacciones más agresivas, bruscas e impacientes.
Agrava las reacciones del conductor ante el estrés producido
Consejos para minimizar los riesgos
El automóvil debe estar en perfecto estado de funcionamiento. En caso contrario anule el viaje hasta solucionar los incidentes.
Asegure que el conductor se encuentra en buen estado psicofísico para conducir; ha dormido suficiente, no ha consumido alcohol / drogas, no ha tomado ningún medicamento con efectos adversos para la conducción, no sufre ninguna enfermedad que reduzca sus competencias, no sufre niveles alarmantes de estrés o depresión, etc. En caso contrario, no inicie el viaje hasta que el conductor se encuentre recuperado, o se disponga de otro conductor.
No sobrecargue el coche; no más ocupantes de los permitidos, ni bultos o equipaje en el habitáculo. Tanto el conductor como los acompañantes deben sentirse cómodos, no agobiados por la falta de espacio.
Planifique el viaje, obtenga información sobre el trayecto a realizar y programe paradas de descanso cada dos horas aproximadamente. Evite conducir durante las horas de mayor calor, aunque por motivos de seguridad recomendamos los viajes diurnos frente a los nocturnos. Si durante el viaje se encuentra cansado, no lo dude, avise si le esperan y duerma todo lo que necesite.
Aliméntese de forma adecuada antes y durante el viaje; ingiera comidas ligeras, evite las comidas abundantes y las pesadas. Beba agua o cualquier tipo de bebida refrescante. Tome solo bebidas estimulantes cuando las necesite; por mucho café, té o cualquier otra bebida estimulante o revitalizante que tome sólo le harán el efecto benéfico deseado cuando NO esté bajo los efectos de la misma al ingerirlas.
Ni el conductor ni los acompañantes deben consumir ninguna cantidad de bebida alcohólica para combatir el calor, por más que la publicidad sugiera la imagen de un efecto refrescante y saludable. El alcohol no sólo no combate la hidratación, sino que no la propicia debido a sus conocidos efectos diuréticos y a su necesidad de expulsar más líquidos de los ingeridos. Además, como relajante del sistema nervioso central, favorecerá la aparición del sueño en el conductor.
Evite fumar en el interior del habitáculo. Fumar es la segunda causa de accidente por distracción en la conducción. Además, los compuestos químicos del humo causarán un mayor cansancio en el conductor.
Utilice prendas de vestir holgadas y de fibras naturales, evite la ropa ajustada que oprima al cuerpo. El calzado también ha de ser ligero y cómodo pero ajustado al pie.
Utilice gafas solares para protegerse de la radiación solar y de los reflejos, preferiblemente con cristales polarizados. Pero quíteselas en túneles, zonas de sombrías, o en horas de escasa luz solar.
Instale a los niños en su sistema de retención; silla, cojín, etc. Haga lo posible para que se sientan cómodos y entretenidos durante el viaje. Evite que exijan al conductor una excesiva atención.
Si su automóvil dispone de aire acondicionado o climatizador mantenga una temperatura en el interior del habitáculo entre 19 y 24ºC. Evite que el flujo del aire impacte directamente en el pecho y en la cara. No olvide programar la temperatura antes de poner el vehículo en movimiento, hacerlo en marcha podría distraernos. Si el vehículo ha estado un largo periodo expuesto al sol parado y con las ventanillas cerradas, ventílelo y baje la temperatura antes de iniciar la marcha o en los primeros momentos de iniciada.
Las ventanillas deberían ir cerradas. En ciudad evitaremos la actuación de los cacos, y en carretera la entrada de insectos y la consiguiente lucha para echarlos.